jueves, 17 de abril de 2008

No me acostumbro

El sudor corre por mi frente y se despliega rápidamente por todo mi rostro, me llevo la mano por enésima vez a la nariz para secarla y repito una vez más: no me acostumbro.

Llevo sólo tres meses, y mis pies parecen renunciar a caminar una vez más por las largas veredeas de ésta, mi nueva ciudad. Soy un provinciano más en la capital, pero no, no uno que reniega de su vida en la metrópoli, muy por el contrario, lo he dicho cientos de veces frente a mis amigos limeños: me encanta Lima, con su caos y sus choros, con mis amigos y mi nueva vida, con su indiferencia y doble moral, con su gente tan chévere y mis experiencias tan lindas.

Vivir aqui no es algo cotidiano, a pesar de lo rutinario que significa sacarte la mugre día a día, todos los días, en cada pisada y cada minuto nos (o bueno, me) pasan cosas dignas de contar una y mil veces: cosas bacanes, desagradables, horrorosas, inolvidables, fantásticas, en fin, las cosas que pasan en una ciudad tan variada, tan limeña.

Estoy aqui para contar lo que me sucede y lo que pienso de Piura y Lima, de mi visión de las cosas como provinciano que mira positiva y alegremente lo que le toca vivir en su andar por esta tan puta y tan linda ciudad.

Extraño Piura y espero volver allí por Semana Santa, experimentar nuevamente eso que un piurano hace a diario: reír sin parar, reír con mis amigos contando cada cosa que nos haya sucedido en todo el verano, volverme a comer un ceviche donde la Amalia o en Catacaos Chiquito*, jugarme un fulbito en la cancha de mi barrio y preguntarle a la gente ¿barro o vidrio?, volver a abrazar a Mely o Sofiíta, gente que se me fue hace ya casi medio año y que ahora están de regreso, tonear con Armonía 10, Agua Marina, Mallanep, Plus Paub o Corazón Serrano en el Club de Tiro o en el Arbolito de la Primavera, vagar por las calles de mi ciudad y acostarme en las aún tibias veredas de mi cuadra a gozar de un anochecer plagado de estrellas viendo como se agitan las ramas de los algarrobos y fumando un mentolado.

Tengo sólo 16 años y siento que he pasado todo un siglo experimentando cosas cheveres en estas dos ciudades.
Por el momento, me contento con el Concierto por los 36 años de Armonía 10 en la Carretera Central, aunque me da miedo ese ambiente tan peligroso, iré con una mancha de norteños (chiclayanos, piuranos y trujillanos) para gozar una vez más en Lima, la testiga de mis mejores días.

Porque la vida es un carnaval y cotradiciendo a Chacalón, no todo en esta ciudad es dinero y maldad, pienso seguir escribiendo, bonito y feo sobre ambas ciudades, a la primera por ser la formadora de mi personalidad, y a la segunda, por mostrarme lo chévere y variopinto que es el Perú, me siguen?

Fernando Erre
Cabinas "Jegi" - Av. Bolívar con Brasil
Sigo con calor y tengo ganas de caminar.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, todos los sitios tienen su algo... yo fui a Piura en diciembre de 2005, y la verdad esperaba tanto, que me sentí decepcionado.

Ahora ya no me hago expectativas altas, es mejor descubrir

en tu ciudad por cierto me estafaron, allí comencé a ver las virtudes peruanas, jejeje

José Zavala